Una de las decisiones financieras más comunes —y a la vez más debatidas— que enfrentan muchas personas con una hipoteca es esta: si tengo dinero extra, ¿me conviene ahorrarlo o usarlo para amortizar (reducir) la hipoteca? Aunque es fácil encontrar opiniones de todo tipo, este artículo no va a decirte qué hacer. Solo vamos a explorar qué ocurre financieramente en ambos escenarios, con ejemplos hipotéticos y datos orientativos. Porque entender los números es el primer paso para tomar cualquier decisión… o simplemente para saciar la curiosidad.

🧾 ¿Qué significa amortizar una hipoteca?
Amortizar una hipoteca es pagar por adelantado una parte del capital que aún debemos, además de la cuota mensual habitual. Puede hacerse de dos formas:
- Reduciendo plazo: se mantiene la cuota mensual pero el préstamo termina antes.
- Reduciendo cuota: se mantiene la duración del préstamo, pero se paga menos cada mes.
En ambos casos, se paga menos en intereses totales, ya que hay menos capital acumulando intereses.
Escenario hipotético: ¿qué pasa si usas 10.000€?
Imaginemos una persona con esta situación:
- Hipoteca: 100.000€ restantes
- Plazo: 20 años
- Tipo de interés: 2,5% fijo
- Cuota mensual: ~530€
- Dinero extra disponible: 10.000€
La gran pregunta es: ¿qué ocurre si ese dinero se usa para amortizar parte de la hipoteca? ¿Y qué pasaría si, en cambio, se ahorra o invierte?
Opción 1: amortizar hipoteca
Si se usa para amortizar reduciendo el plazo, el préstamo terminaría antes, y se pagarían menos intereses.
Resultado estimado:
- Ahorro en intereses: aproximadamente 2.600–2.800€ en total (según el plazo y la fórmula exacta del banco).
- Beneficio «seguro»: es dinero que no pagarás al banco.
- Ventaja: rendimiento equivalente a un 2,5% anual garantizado (porque te ahorras ese tipo de interés).
- Riesgo: el dinero ya no está disponible; se vuelve «ilíquido», es decir, no puedes usarlo fácilmente si lo necesitas.
Opción 2: dejar el dinero en una cuenta de ahorro
Suponiendo que no se amortiza, ¿qué pasa si esos 10.000€ se guardan en una cuenta de ahorro?
Escenario conservador:
- Supongamos una cuenta al 1% TAE.
- En 20 años, ese dinero generaría alrededor de 2.200€ en intereses brutos.
- Después de impuestos (19% sobre intereses), el resultado neto sería cercano a 1.800€.
Comparación: amortizar la hipoteca “gana” en este caso, porque el rendimiento del ahorro es inferior al tipo de interés de la hipoteca (1% frente a 2,5%).
Opción 3: invertir ese dinero
Ahora vamos a un escenario con mayor potencial de rentabilidad: invertir ese dinero en un fondo indexado diversificado, por ejemplo, al mercado global.
Hipótesis:
- Rentabilidad media histórica: 6% anual (dato referencial, no garantía).
- Inversión a 20 años con reinversión de beneficios.
Con esa rentabilidad media, los 10.000€ podrían crecer hasta unos 32.000€ brutos. Después de impuestos, quedarían unos 26.000€ netos.
Comparación: frente a los 2.800€ que te ahorrarías en intereses amortizando, invertir ofrece un resultado potencial mucho mayor… pero con riesgo. No hay garantías de obtener ese rendimiento. Incluso podría haber pérdidas.
Comparación resumida
| Escenario | Resultado estimado (20 años) | Liquidez | Riesgo |
|---|---|---|---|
| Amortizar hipoteca | +2.600€ (en intereses no pagados) | No | Muy bajo |
| Cuenta de ahorro 1% | +1.800€ (intereses netos) | Sí | Muy bajo |
| Inversión 6% anual | +16.000€ aprox. (neto) | Parcial* | Medio/alto |
(*) En fondos indexados, se puede recuperar el dinero, pero no siempre de inmediato ni sin impacto fiscal.

Otros factores que también influyen
Más allá de los números, hay elementos contextuales que pueden pesar en una u otra dirección:
1. Liquidez
Amortizar es irreversible: no se puede “sacar” el dinero si lo necesitas. Ahorrar o invertir sí ofrece más flexibilidad, aunque depende del producto elegido.
2. Paz mental
Para algunas personas, eliminar deuda es una prioridad emocional. Ver el saldo hipotecario bajar ofrece tranquilidad que no siempre se mide en euros.
3. Inflación
La inflación afecta más al dinero que se guarda a bajo interés que a una hipoteca a tipo fijo (que no se encarece con el tiempo). Amortizar en un contexto de inflación baja podría tener más sentido financiero, pero si la inflación es alta, mantener una deuda con interés fijo puede jugar a favor del deudor.
4. Situación fiscal
En algunos casos (como hipotecas firmadas antes de 2013 en España), amortizar puede dar derecho a desgravaciones fiscales. Pero no es así para todos.
¿Y entonces? No hay respuesta universal
Como ves, los números muestran distintas ventajas dependiendo del escenario. Si el objetivo es rendimiento puro, invertir puede ofrecer más retorno a largo plazo, pero con más incertidumbre. Amortizar garantiza un ahorro seguro y previsible, pero con menor rentabilidad potencial. Ahorrar ofrece seguridad y liquidez, pero con rendimientos muy bajos (sobre todo en cuentas tradicionales).
Por eso, muchas personas optan por estrategias mixtas: amortizar parcialmente, ahorrar una parte, o invertir a largo plazo según su perfil y necesidades.
Reflexión final
Este dilema entre amortizar o ahorrar/invertir no tiene una solución perfecta y universal. Pero los números ayudan a entender qué implica realmente cada opción, más allá de las opiniones personales o de lo que se escuche en foros y redes sociales.
Conocer estos datos permite analizar la situación de forma más objetiva, y tomar decisiones más alineadas con cada realidad personal. A veces, no se trata solo de “hacer lo que rinde más”, sino de entender lo que te da más tranquilidad, estabilidad o control sobre tu futuro.
Nota: Este artículo es informativo. No constituye asesoramiento financiero ni recomienda ninguna acción concreta. Cada situación es distinta y, si es necesario, conviene consultar a un profesional cualificado.
