Por años, la idea de atesorar el dinero “debajo del colchón” ha representado una actitud cautelosa y resguardada en las finanzas personales. Tener el efectivo en casa era el modo más evidente y fácil de proteger los ahorros. No obstante, los analistas y los análisis de hoy indican que esta costumbre, por más lógica que parezca, solo roza la superficie de lo que significa ahorrar en el mundo actual. El ahorro va más allá de solo juntar monedas y billetes; incluye diversas maneras, metas y tácticas que buscan salvaguardar y maximizar el poder adquisitivo de ese capital.

El ahorro: una definición en evolución

Generalmente, el ahorro se entiende como aquella porción de los ingresos que decidimos no gastar al momento. Aparte de guardar dinero en efectivo, esto abarca poner aparte fondos en el banco, invertirlos en productos financieros o incluso dedicar tiempo y energía a minimizar nuestros gastos.

Entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) enfatizan que un buen ahorro es clave para la solidez económica tanto individual como familiar. Sin embargo, la manera en que ahorramos puede cambiar bastante dependiendo de nuestras metas y de la situación.

¿Por qué guardar dinero bajo el colchón ya no es suficiente?

Guardar dinero en efectivo, fuera del sistema financiero, genera varios desafíos reconocidos por expertos:

  • Inflación: Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación en muchos países puede reducir significativamente el poder adquisitivo del dinero en cuestión de años. Esto significa que el dinero guardado pierde valor real con el tiempo.
  • Seguridad: Mantener grandes cantidades de dinero en casa implica riesgos como robos o pérdidas accidentales.
  • Oportunidad de crecimiento: El dinero inmovilizado no genera intereses ni rendimientos. Los estudios de bancos centrales y economistas muestran que hacer que el dinero “trabaje” puede ayudar a proteger su valor.

Por estas razones, expertos financieros sugieren que el ahorro debe ir acompañado de una gestión adecuada para mantener y, en algunos casos, aumentar su valor.

Diferentes formas y tipos de ahorro

El ahorro no es una práctica uniforme, sino que se adapta a distintos propósitos. Estudios y guías financieras, como las publicadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España, categorizan el ahorro en varios tipos según su objetivo y horizonte temporal:

1. Ahorro para emergencias

Este es uno de los pilares básicos para cualquier planificación financiera. Se refiere a la reserva de fondos que estén fácilmente disponibles para hacer frente a imprevistos, como reparaciones urgentes, gastos médicos o pérdida temporal de ingresos.

Lo recomendable, según varios expertos, es que este ahorro sea líquido, es decir, que pueda retirarse con facilidad, aunque generalmente no ofrezca una alta rentabilidad. La idea principal es la disponibilidad inmediata y la protección ante situaciones inesperadas.

2. Ahorro para objetivos específicos

Guardar dinero para cumplir metas concretas es otra forma habitual de ahorrar. Puede tratarse de un viaje, la educación, la compra de un bien o la celebración de un evento importante.

Un estudio de ING Direct reveló que las personas que ahorran con un propósito definido suelen ser más disciplinadas y constantes en su hábito de ahorro. Tener un objetivo claro ayuda a mantener la motivación y la constancia, incluso si no se sabe cómo alcanzar la meta aún.

3. Ahorro a largo plazo

Aquí se incluyen las metas que requieren una planificación extensa, como la jubilación, la compra de una vivienda o la independencia financiera.

Según expertos como Richard Thaler, Premio Nobel en Economía en 2017, el ahorro a largo plazo es más efectivo cuando se automatiza, generando un hábito que evita la procrastinación. Además, en este tipo de ahorro se suelen incluir productos financieros que ofrecen cierto rendimiento, con un nivel de riesgo controlado, acorde al horizonte temporal.

La psicología detrás del ahorro

No es solo cuestión de números y métodos cuando hablamos de ahorrar. La economía del comportamiento examina de qué manera nuestras emociones y nuestra perspectiva sobre el dinero impactan directamente en nuestra habilidad para ahorrar.

Un buen ejemplo es el famoso «descuento hiperbólico», que nos dice que la mayoría prefiere recompensas al instante que ventajas a futuro, complicando así la disciplina necesaria para ahorrar constantemente.

Adicionalmente, una investigación que salió en el Journal of Consumer Research resaltó que el simple acto de dividir mentalmente el dinero en distintas «cuentas» o tipos optimiza la administración de los fondos. Por poner un caso, designar una parte para imprevistos, otra para disfrutar y otra para objetivos a largo plazo podría motivarnos más a ahorrar.

Riesgos de no planificar el ahorro

Aunque guardar dinero en efectivo puede parecer una solución sencilla, los expertos alertan sobre los riesgos de hacerlo sin una estrategia clara:

  • Pérdida de poder adquisitivo: La inflación disminuye el valor real del dinero con el tiempo.
  • Falsa seguridad: Tener dinero en casa puede generar una sensación de protección, pero sin un plan no garantiza la estabilidad financiera.
  • Oportunidades perdidas: Existen opciones seguras y accesibles que pueden generar rendimientos, ayudando a mantener o aumentar el valor del ahorro.

Reflexión final

Según los que saben y lo demuestran los últimos estudios, ahorrar va más allá de simplemente acumular dinero sin usarlo. Implica comprender las diferentes necesidades económicas, fijar qué es más importante y planificar con plena conciencia de lo que se hace.

Tener dinero en casa puede servir para un imprevisto, pero para otras metas, el panorama y los métodos varían bastante. Ahorrar sabiendo lo que se hace, con información y de manera estratégica, es lo que realmente puede asegurar una buena situación económica en el futuro.


Nota: Este artículo es solo para fines informativos y educativos. No constituye asesoramiento financiero ni recomienda ninguna acción específica. Cada persona debe analizar su situación particular y, si lo considera necesario, consultar con un profesional cualificado.

por Pablo

3 comentario en “¿Por qué ahorrar no es solo guardar dinero bajo el colchón?”
  1. Yo antes pensaba que tener efectivo en casa era ‘ahorrar’. Ahora veo que solo estaba dejando que se desvalorizara poco a poco 😅

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