Desde hace mucho, el dicho popular siempre ha sido el mismo: “Preparar tus alimentos en casa es más económico que ordenar a domicilio”. ¿Pero sigue siendo esto verdad en pleno 2025? Con la inflación que nos golpea, el boom de las entregas a domicilio y las nuevas rutinas diarias, vale la pena que analicemos bien esa idea.
En este artículo, desglosaremos el costo real de cocinar en tu hogar versus pedir comida hecha, tomando en cuenta no solo el gasto monetario, sino también el tiempo invertido, la conveniencia y cómo afecta tu salud y forma de vivir. Adelanto: la respuesta no es tan sencilla como podríamos pensar.
El coste directo: lo que realmente pagas por cada opción
Empecemos por lo evidente: el dinero que sale de tu cuenta.
Cocinar en casa:
- Ingredientes básicos para una comida sencilla (ej. arroz, verduras, proteína): entre 2 y 5 € por ración.
- Si compras en mercados o supermercados económicos y cocinas en lote, puedes bajar aún más el coste por comida (1,5 € – 3 €).
- Costo variable según dieta, ubicación y si aprovechas ofertas o no desperdicias alimentos.
Pedir comida:
- Promedio de un pedido sencillo en apps de delivery en España: 9 € – 14 € (incluyendo envío y propina).
- Pedidos “económicos” como hamburguesas o pizzas familiares pueden costar menos por persona si se comparte, pero rara vez bajan de 6 € por ración.
- Suplementos, bebidas y cargos de plataforma encarecen cada pedido.
Resultado: en términos puramente económicos, cocinar en casa sigue siendo entre 50% y 80% más barato que pedir comida… pero hay matices.
El coste oculto del tiempo
Aquí es donde la comparación se vuelve más interesante. El tiempo también es dinero, y no todo el mundo lo valora igual.
Cocinar en casa implica:
- Planificación de compras
- Ir al supermercado o hacer pedidos online
- Cocinar (entre 20 min y 1 hora, según la receta)
- Lavar platos y limpiar la cocina
Para muchas personas, esto puede suponer de 5 a 7 horas semanales.

Pedir comida implica:
- Elegir en una app (a veces tardamos más en decidir que en cocinar)
- Esperar 20–40 minutos de media
- Casi sin limpieza
Conclusión parcial: Si tienes poco tiempo o te agobia cocinar, el coste emocional y temporal de hacerlo en casa puede ser más “caro” que pagar más por pedir. Aun así, hay formas de ahorrar tiempo al cocinar (más adelante te las contamos).

Coste emocional y hábitos: ¿quién eres tú en esta ecuación?
Las decisiones financieras también son decisiones personales.
Cocinar en casa puede ser:
- Terapéutico y gratificante si disfrutas cocinar
- Estresante si llegas tarde del trabajo o tienes hijos pequeños
- Una rutina que te conecta con tu salud y tus finanzas
Pedir comida puede ser:
- Una forma rápida de “recompensarte” después de un día largo
- Un gasto impulsivo si se convierte en hábito diario
- Un refugio temporal que retrasa tu organización personal
Lo importante es identificar tu patrón. Si pedir comida es algo ocasional que disfrutas y te organizas bien, es parte de tu estilo de vida. Pero si se ha vuelto tu “plan por defecto”, es probable que esté drenando tu presupuesto sin darte cuenta.
Salud: otro coste (o inversión) a largo plazo
Aunque no lo parezca, tu salud también tiene un coste económico.
¿Qué pasa cuando cocinas en casa?
- Tienes más control sobre los ingredientes, la sal, el azúcar y el tipo de grasas que usas.
- Puedes adaptar las porciones y evitar ultraprocesados.
- Cocinar desde cero se asocia con menos obesidad y menos enfermedades metabólicas (según numerosos estudios).
¿Y si pides comida con frecuencia?
- La mayoría de platos incluyen más sal, aceite y calorías de las que creemos.
- Las porciones suelen ser más grandes (y no siempre ajustadas a lo que necesitas).
- Si pides por ansiedad o comodidad, también refuerzas patrones que afectan tu bienestar a largo plazo.
En términos de dinero: una alimentación poco saludable puede generarte mayores gastos médicos y menor calidad de vida futura.
¿Cuál es el equilibrio ideal?
No todo es blanco o negro. En vez de caer en el “todo o nada”, puedes combinar ambas opciones de forma inteligente.
Estrategias para ahorrar cocinando:
- Batch cooking: cocina 2 o 3 veces por semana y guarda en tuppers. Ahorra tiempo y dinero.
- Recetas con 5 ingredientes o menos: más fáciles y rápidas.
- Congelar porciones: para los días en los que no tengas tiempo ni ganas.
Estrategias para pedir sin arruinarte:
- Establece un presupuesto mensual para delivery y respétalo.
- Evita extras innecesarios (bebidas, postres, propinas elevadas).
- Usa cupones o apps de fidelidad, pero sin dejarte llevar por el “solo porque hay descuento”.
El verdadero coste es no decidir conscientemente
Lo más caro no es cocinar ni pedir. Lo más caro es no tomar conciencia de cómo estás gastando tu dinero y tu energía. Muchos pequeños pedidos, aparentemente inofensivos, pueden sumar 200 € – 300 € al mes sin darte cuenta.
No se trata de renunciar al placer de un buen delivery de vez en cuando. Se trata de que no se convierta en la norma por inercia.
Conclusión: ¿es más barato cocinar en casa?
Sí, cocinar en casa sigue siendo más barato en términos estrictamente económicos, a pesar de la inflación y el ritmo de vida actual.
Pero… hay otros factores a considerar: tu tiempo, tu salud, tu organización y tu relación emocional con la comida. La clave está en encontrar un sistema que funcione para ti y no te obligue a vivir a base de culpa o extremos.
Decidir conscientemente cómo alimentarte es, en última instancia, una inversión: en tu salud, en tu bolsillo y en tu bienestar diario.