El 2021 fue el año de oro para NFT. Se movieron millones de euros en colecciones de imágenes de 8 bits, piezas de arte digital, activos virtuales de juegos. Pero tan rápido como subieron, se derrumbaron para muchos. ¿Qué le sucedió a NFT? ¿Por qué fracasó? ¿Y lo más importante, se ha hundido para siempre, o puede renacer de manera útil y significativa? Esta publicación es una evaluación crítica de la subida y la caída de NFT, los motivos de esta caída y la forma más realista de obtener una segunda generación de NFT que valga la pena.


¿Qué eran (y son) los NFT?

Los NFT son archivos digitales únicos respaldados por tecnología blockchain. A diferencia de los tokens fungibles como Bitcoin o Ethereum, un NFT no puede intercambiarse por otro idéntico. Es, por definición, único.

Esto permitió dar “propiedad” a elementos digitales: una ilustración, un GIF, un personaje de videojuego, una entrada de evento o incluso una parcela de terreno virtual.

Pero ¿realmente se era propietario?

Aquí comenzó la confusión. Muchos usuarios pensaron que comprar un NFT les daba derechos legales sobre la imagen o producto, cuando en realidad solo adquirían un comprobante digital de propiedad, sin derechos exclusivos sobre el archivo en sí.


El auge: especulación, moda y marketing

Los NFT explotaron mediáticamente entre 2020 y 2021 por varias razones:

  • El arte digital se volvía vendible sin intermediarios.
  • Influencers y celebridades promocionaban proyectos.
  • Los marketplaces como OpenSea facilitaban la compra con pocos clics.
  • Muchos vieron en ellos una forma rápida de invertir y multiplicar su dinero.

Casos icónicos

  • El artista Beeple vendió una obra por más de 69 millones de dólares.
  • Las colecciones como Bored Ape Yacht Club o CryptoPunks se convirtieron en símbolos de estatus.
  • Empresas como Nike, Adidas, Coca-Cola o Gucci lanzaron sus propias ediciones NFT.

El fenómeno mezclaba tecnología, arte, cultura pop, escasez percibida y una pizca de codicia.


El fracaso: burbuja, utilidad escasa y desconfianza

Pero el entusiasmo inicial no tardó en diluirse. Para finales de 2022, el volumen de transacciones en NFT había caído más de un 90% respecto al pico de 2021. ¿Qué pasó?

1. Exceso de oferta

Miles de colecciones salieron al mercado, muchas sin valor artístico ni funcional. El mercado se saturó y perdió exclusividad.

2. Ausencia de utilidad

La mayoría de los NFT eran simplemente imágenes asociadas a un token, sin beneficios tangibles. Más allá de “poseer” una imagen, no había uso real.

3. Especulación desmedida

El enfoque pasó del coleccionismo al trading rápido. Gente que compraba barato para revender caro. Cuando el precio dejó de subir, el interés desapareció.

4. Estafas y proyectos fraudulentos

Muchos usuarios cayeron en esquemas rug pull, donde los creadores desaparecían tras vender sus colecciones. Esto erosionó la confianza general en la tecnología.

5. Caída del mercado cripto

El desplome de Bitcoin y Ethereum en 2022 afectó directamente al ecosistema NFT, que dependía en gran parte de esas criptomonedas para transaccionar.


Entonces, ¿fue todo una estafa?

No hay razón para decir que sí. Pero definitivamente fue una burbuja, inflada por promesas vacías, ignorancia y un exceso de marketing. La tecnología detrás de los NFT sigue siendo útil valiosa, pero yo diría que su uso masivo se malinterpretó y ejecutó pobremente. Esto se puede comparar con cualquier tecnología emergente, y existió una recopilación similar alrededor del uso inicial de Internet en 1990.


¿Tienen futuro los NFT?

Sí, pero no así como los conocemos. Claro, el futuro de NFT no está en vender monos con gorra por millones, sino en su implementación para incorporar la capacidad de propiedad y autenticación en los casos de uso del mundo real. A continuación, les entregaremos cinco áreas en las que NFT puede cobrar vida por segunda vez con onda.


Nuevas aplicaciones útiles para los NFT

1. Entradas y pases digitales

Los NFT pueden garantizar acceso exclusivo a eventos, conciertos o comunidades sin riesgo de falsificación. Además, permiten beneficios como recompensas posteriores, merchandising personalizado o revender legalmente tu entrada.

2. Certificados de formación o propiedad

Un título universitario, un curso online o una licencia profesional podrían registrarse como NFT, haciéndolos fácilmente verificables y sin posibilidad de alteración.

3. Videojuegos interoperables

Los NFT podrían representar personajes, armas o terrenos que puedan usarse en múltiples juegos o plataformas. Esto aún está en desarrollo, pero grandes estudios ya exploran esta línea.

Tabla comparativa: NFT 2021 vs NFT útiles 2025

CaracterísticaNFT 2021NFT útiles 2025 (potencial)
Principal motivaciónEspeculación y modaUsabilidad, identidad y pertenencia
Valor percibidoPrecio de reventaFunción real o simbólica
Usuario objetivoInversores rápidosConsumidores digitales conscientes
RiesgoMuy altoModerado con regulación y educación
Relación con marcas y empresasPromocionalIntegrado en servicios o membresías

¿Qué se necesita para este nuevo ciclo?

Educación financiera y digital

La gran mayoría de usuarios que entraron en los NFT no entendían lo que estaban comprando. La próxima ola necesita formación, no hype. Explicar claramente qué se compra, qué se puede hacer y qué no.

Regulación e identidad legal

Hoy en día, una de las barreras es que los NFT no están vinculados legalmente con los derechos reales. Para usarlos como entradas, recordatorios o, como en el caso de Christie’s, propiedad, los NFT deben estar vinculados con marcos legales y digitales.

Mejor experiencia de usuario

Comprar un NFT en 2021 requería conocimientos de wallets, criptomonedas y plataformas complejas. Para que su adopción crezca, se necesitan interfaces simples, seguras y sin jerga técnica.

Interoperabilidad entre plataformas

Para que un NFT de una marca o videojuego tenga sentido en otro entorno, es necesario que las plataformas cooperen. Esto exige estándares comunes y una visión a largo plazo.


Reflexión final: los NFT no murieron, están evolucionando

La desaparición de los NFT fue más un colapso de las expectativas que de la tecnología en sí misma. Se desplomó una versión superficial y especulativa y desinformada de lo que podrían llegar a ser.
Así como ocurrió el ‘boom’ y el posterior desinflamiento de puntocom a inicios de los 2000 y la posterior depuración, los proyectos que logren sobrevivir serán más sólidos, útiles y realistas. Ya no girarán en torno al hacerse rico rápido, sino en ofrecer nuevas formas de propiedad, acceso y de comunidad en el espacio digital.
Si los NFT quieren volver, tendrán que hacerlo de una forma más callada, más integrada y más útil. Y quizás en ese momento, en el silencio, con los que realmente verdaderamente los utilizan, sin que nadie lo grite en redes, se conviertan en una parte más de nuestra cotidianidad.

Nota: Este artículo es solo para fines informativos y educativos. No constituye asesoramiento financiero ni recomienda ninguna acción específica. Cada persona debe analizar su situación particular y, si lo considera necesario, consultar con un profesional cualificado.

por Pablo

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